Conectarse a la red conlleva en la mayoría de los casos a implicarse en actividades positivas y una mejora en la calidad de vida, sin embargo también puede convertirse en adicción.
Internet es un medio económico, su difusión y presencia es cada vez más generalizada y las posibilidades de interrelación son inagotables. Precisamente la búsqueda de relaciones sociales es la principal causa de adicción, centralizada en la participación en "chats" o canales de conversación a tiempo real, foros de discusión, las páginas web y los canales "mud" o juegos de rol.
En otros casos el uso racional de Internet (profesional o académico) pasa a ser la parte central de la vida de la persona, hasta convertirse en obsesión; todo ello viene acompañado de síntomas como cambios de humor, ansiedad ante las dificultades técnicas en la red, estado de conciencia alterada, irritabilidad en caso de interrupción o incapacidad de abandonar la pantalla del ordenador.
Una vez declarada la adicción se observa síndrome de abstinencia, con trastornos como la agitación motriz, ansiedad, pensamientos obsesivos sobre lo que está pasando en Internet, fantasías o sueños en relación con la red, movimientos de los dedos voluntarios o involuntarios en relación con el teclado, etc.
También se observa tolerancia, por lo que las horas invertidas necesitarán ser incrementadas progresivamente para causar el efecto deseado. La dependencia hacia el ordenador hace que el adicto se aísle completamente de su entorno, descuidando cualquier obligación y desatendiendo sus relaciones sociales.
SEñALES DE ALERTA ANTE EL USO DE INTERNET
Algunos indicios que señalan una posible adicción a Internet son el descuidar horas de sueño (dormir menos de 5 horas), pensar constantemente en la red aún sin estar conectado, recibir quejas de personas cercanas o recurrir al autoengaño con relación con un uso desmesurado de Internet.
RASGOS DEL ADICTO A INTERNET
Algunos déficits que caracterizan al adicto a Internet son la baja autoestima, la introversión, alto nivel en la búsqueda de sensaciones y tendencia a la fantasía descontrolada. Su perfil a menudo corresponde al de una persona joven, generalmente varón, con buen nivel cultural, conocimientos de tecnología e inglés, de profesión liberal y buen nivel social. Como factores de riesgo cabe citar la carencia de objetivos personales, la baja tolerancia al aburrimiento, dificultad para las relaciones interpersonales y la falta de habilidades para desenvolverse en el mundo real.
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