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miércoles, 25 de junio de 2008

Crítica crisis

Arancha García-Carpintero
25/6/2008
Crítica crisis


Las personas entendidas en economía vienen anunciando una crisis económica en Europa, y concretamente en España. La denominada más finamente, o mas engañosamente, no sé, recesión económica, parece que está muy relacionada con la crisis que ya está viviendo Estados Unidos, que absorbe un porcentaje importantísimo de nuestra producción, y que lógicamente dejará de consumir; pero sobre todo está vinculada al pinchazo que está viviendo el sector inmobiliario en nuestro país, que ha movido mucho, incluso exageradamente, la economía española. Y de qué manera, para los bolsillos de los grandes constructores, multimillonarios con euros también, con pocos escrúpulos y mucho poder, también político.

Para quienes somos personas poco entendidas en estos temas, los macroeconómicos, estas informaciones nos dan qué pensar, sobre todo, o a mí me lo parece, porque si ahora hay crisis, ¿qué ha sido lo que hemos vivido estos años atrás, desde que el euro se impuso en nuestras vidas financieras? Nos han sometido, desde entonces, a una exagerada subida de los precios, moderando nuestros salarios, perdiendo gran cantidad de poder adquisitivo, y consiguiendo que la mayoría de las familias pasemos apuros para llegar a finales de mes, o más bien lleguemos en números rojos, para ser exactos. Eso sí, las entidades bancarias, siempre también en situación privilegiada, nos han facilitado, hasta ahora, claro, incrementar nuestra deuda, para poder seguir viviendo bien, o mejor de lo que podríamos, a cambio de hipotecarnos para casi toda la vida, y asegurarles la devolución, casi doblada, de lo prestado. Así ocurre que los bancos y cajas arrojan escalofriantes cifras de beneficios anuales. Y con su labor, palian los efectos de la triste realidad.

A mi gusto, la crisis, al menos la de la economía familiar, se creó a través del euro, una moneda que sólo nos ha traído redondeos al alza, exageradas subidas de precios... pero en absoluto nos ha igualado en las prestaciones sociales, servicios, salarios o condiciones sobre bienes necesarios, como el de vivienda, de nuestros vecinos y vecinas de Europa.

Estamos en un mal momento, que además va a empeorar, porque cuando se siembra el miedo entre la población, con respecto a este tema, se consigue la moderación en el gasto, lo que implica, como la pescadilla que se muerde la cola, que no se consuma tanto, que a su vez supone que se tenga que producir menos, lo que repercute, de forma directa, en las personas trabajadoras, de las que se prescinde por no ser necesario su trabajo. Así es que oímos diariamente que una u otra empresa cierra, o promueve un expediente de regulación. Y más en el sector del ladrillo, un espacio de refugio en estos últimos años, encargado de ocupar a un número importantísimo de trabajadores y trabajadoras, pero que, como ya se veía venir, porque ya no era comprensible tanta vivienda, y a esos precios, tiende al caos.

Pero tampoco nos confundamos, que hay un grupo importante de personas beneficiadas. Ahora porque se están embolsando cantidades increíbles con esta subida de precios, de prácticamente todos los productos de consumo necesario, intermediarios que abusan, sin control, de sus posibilidades, y sacan el producto al mercado cuadruplicado de precio; y quienes también en la época anterior, se hicieron ricos porque el mercado libre les permitía beneficiarse excesivamente, marcando los precios sin control ninguno, aprovechándose en especial del incremento en las viviendas, que además, curiosamente, seguían comprándose sin parar.

Y no quiero dejar a un lado a otro grupo importante de personas ajenas a estas realidades, que son políticos y políticas, cuyos salarios son los culpables de subir la media a unas cantidades increíbles. A mi me sigue admirando que cobren seis, ocho o diez mil euros al mes, del erario público, y no nos llame la atención eso, más cuando además los cobran vitalicios, después de un par de legislaturas en activo. Una jubilación que nadie, en este país, obtiene. O que impresentables como Esperanza Aguirre tengan la desfachatez de decirnos que con su salario, del que se sabe asciende a más de ocho mil euros al mes, no llega. Pues a ver qué hacemos el resto, que muchos ni siquiera son mileuristas.

Lo obvio es que estamos ante un problema importante, y que quienes gobiernan este país tendrán que afrontarlo y buscar soluciones, y no sólo las de devolver 400 euros de unos impuestos ya pagados, tratando a todo el mundo por igual.

En mi opinión deben cambiar de estrategia, y proyectar futuro, buscando y generando empleo en sectores como el industrial, con mejores condiciones laborales, que se traducen en mejor calidad de vida. Ésta debería ser la primera apuesta necesaria, y dejar de preferir gastar, como lo están haciendo aquí, casi treinta millones de las antiguas pesetas en una Inauguración de un proyecto como Gran Scala, que ahora parece que no tiene ni pies ni revés. Un vino caro, éste; o casi treinta millones, pero de euros, en un Palacio de Congresos, cuya capacidad es de 800 personas, y que lo más destacado, incomprensiblemente de él, al menos ahora, es el enorme cartel que cuelga, publicitando a la empresa constructora.

O casi dos mil millones de euros, cantidad que a mí me supera, en la Expo, una grandiosa infraestructura, multimillonaria en la inversión y con una vida de un trimestre, tan sólo, a la que vaticinan grandes éxitos, incomprensibles para mí si valoro el gasto generado. También habría que reflexionar sobre el mercado libre, donde quienes menos escrúpulos tienen ganan las primeras posiciones, consiguiendo que al final, los consumidores y consumidoras les financiemos sus vidas económicas multimillonarias. En fin, que la ciudadanía merecemos que quienes han asumido la responsabilidad de dirigirnos lo hagan, por caminos de bienestar real, de igualdad, de calidad de vida... y no que lo hagan por estos caminos pedregosos, del miedo, la tensión, la incertidumbre...

Ver también: "LA CRISIS DE LOS GANADORES".

Año 2002, comienza el caos

CUANTA RAZON TENIA....MIRAD QUE ESTA PASANDO AHORA. A VER COMO LO "ARREGLAN"

Columna publicada el 19-10-2006

Según un estudio del diario Expansión, desde el año 2002, en que se produjo la entrada en vigor del euro, el coste de la vida ha subido tres veces más que los salarios: tomar un café ahora nos cuesta el doble que en 2002, el cine se ha encarecido un 33%, el pan un 66%, algunos productos frescos han llegado a aumentar más del 150%, el pollo un 130%, el textil un 40% y, sólo en lo que va de año, el alquiler de un piso se ha encarecido un 70% más que el IPC. En realidad, sólo es la aceleración de una tendencia que ya existía; por ejemplo, según indicadores del INE y gobierno, la vivienda ha subido 17 veces más que los salarios en diez años.

Para algunos este increíble aumento fue debido al redondeo del euro. Esto equivale a afirmar que todos nosotros somos unos auténticos irresponsables y suicidas en el manejo de nuestra economía doméstica. El redondeo nos podría haber engañado el primer mes, el segundo a lo sumo, pero no durante más de cuatro años. Si así hubiera sido se habría producido una contracción de la demanda que hubiese provocado la bajada de los precios para igualarlos a las rentas: está claro que si no llegásemos a final de mes, nos desapuntaríamos del gimnasio, no iríamos al cine, no realizaríamos viajes, no nos hipotecaríamos ni nos permitiríamos ningún tipo de lujo. Pero no ha sido así, hemos mantenido el mismo tren de vida.

¿Cómo es que no se ha producido la contracción? Por el aumento del crédito. Nos hemos endeudado más porque el "dinero barato" nos lo ha permitido. De esta situación no son responsables las constructoras, ni los especuladores inmobiliarios, ni los banqueros, ni el malvado charcutero que sube el jamón, sino las autoridades monetarias que se han dedicado a crear "inflación crediticia" que, a propósito, no tiene nada que ver con el IPC que sólo mide una pequeña cesta de productos y servicios y es calculado arbitrariamente por unos números índice. ¿Aparte de los "expertos" del estado, hay alguien que aún se crea los numeritos del IPC? ¿No le indigna que aparezca Solbes diciendo que vamos bien porque la inflación ha subido un tres por ciento? ¿La inflación de qué planeta está midiendo este hombre?

Sólo en el primer año del euro, el número de billetes en circulación se elevó un 21,7% según el Banco de España. Desde entonces, los agregados monetarios han seguido teniendo un fuerte aumento. De hecho, el mismo Banco de España nos lo confirma en su boletín de octubre: "los préstamos concedidos al sector privado registran todavía tasas de dos dígitos en términos interanuales".

Mirémoslo de otra forma. Desde el año 2002 el Ibex 35 ha doblado su volumen y su cotización se ha revalorizado más de 140%. El precio de la vivienda sigue aumentando a un ritmo fuerte aunque ha empezado a disminuir recientemente. ¿Pero no le extraña que haya tantísimo dinero como para encarecer el precio de todo, a la vez, y tanto? Efectivamente tenemos un exceso de liquidez, una inflación crediticia o "dinero barato" que han creado los bancos centrales y sólo nos sirve para ir perdiendo poder adquisitivo mes a mes. Además, bancos, constructoras y eléctricas están teniendo unos elevadísimos beneficios continuados que no son nada normales, y es que también han sido inflados por las nuevas Normas Internacionales de Contabilidad (NIC). Una parte de estos resultados se deben a la productividad real, otra a las NIC, y el resto no es más que inflación, humo, una ilusión de beneficios.
Muy probablemente gran parte de esta inflación o extrema liquidez se desvíe hacia la bolsa, como ya está ocurriendo, durante unos años más. Asistiremos a más benéficos y alzas, en algún momento oiremos los gritos de los "expertos" diciendo que esto no se aguanta. Cuando empecemos a escuchar sus griteríos es que aún quedan un par de años más de "bonanza" y subidas. Lo nefasto de esta situación es que al final la contracción vendrá, y cuanto más tarde, más fuerte será. La principal causa de tal calamidad se llama euro y "estabilidad de precios", eufemismo de los burócratas que sólo significa desequilibrio y pérdida de poder adquisitivo continuo. Esto es lo que ocurre cuando una panda de funcionarios manejan nuestro dinero como si fuera suyo y bajo ninguna responsabilidad. Evidentemente, después, nos culparán a nosotros por habernos endeudado demasiado. Impresentables.
Jorge Valín es miembro del Instituto Juan de Mariana